No estoy sola en el mundo. Estoy bastante segura de eso.

¿A qué me refiero? Simple: A la vida y el complejo sistema de circunstancias-emociones-actitud (y pendejadas) que la acompañan… y cómo nosotros nos rompemos las pelotas tratando de entenderla.

((Esas pelotas que a muchos hombres les hace falta, y que muchas mujeres tienen de sobra))

Lo digo muy enserio.

Queremos darle sentido completo y autonomía sintáctica a todo. Cuando a veces la respuesta esta en nuestra nariz, y suele ser mucho más práctica que todas las vueltas que damos para entender las cosas, para tornarlas a nuestro favor, e incluso, a favor de los demonios que nos están rodeando.

No se escandalicen. Los demonios no están mal; Son hasta buena gente. El problema es que podrían convertirse en una distracción prolongada con beneficios: CERO. Y eso a largo plazo, es un auto sabotaje a nosotros mismos.

((Sin juicios de valor. Todos hemos estado en ambos puestos; Hemos sido el humano y el demonio.))

 

Lo verdaderamente importante es saber distinguir cuando detenerse, cuando dejar de pensar y explicarlo todo: Cuando decir NO. Entender que  no es una mala palabra. De hecho, a veces <<No>>, es una palabra de amor. Amor para otros, amor para nosotros mismos. Desechando el miedo, desechando el «¿Y qué pensarán de mi?»

¡QUE TE VALGA MADRES! Que lo verdaderamente importante es que tus acciones y pensamientos te dirijan hacia donde quieres llegar. Que entiendas el verdadero valor de decidir en base a tu propio criterio, y no en dependencia de la mediocre opinión de personas que probablemente no dedican 3 minutos de su vida a pensarte.

Huye de lo tóxico. Llévate lejos tus lápices de colores.

(Aplica para todo: comida, amistades, relaciones, circunstancias.)

Come verde, sonríe, fake it until you make it. Créete, créate.

ÁMATE.